La NSA pagó al Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno, uno de los servicios de Inteligencia de Reino Unido, al menos 150 millones de dólares en los últimos tres años a fin de obtener influencia sobre las operaciones de espionaje británicas.
Los pagos secretos fueron revelados en nuevas filtraciones de Edward Snowden publicados por ‘The Guardian’.
Los documentos muestran que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, según sus siglas en inglés) espera que el organismo británico actúe en interés de EE.UU.
En particular, las remodelaciones en la estación terrestre de satélite de GCHQ en Bude (Cornualles), que costaron más de 20 millones de dólares, fueron pagadas por la agencia de EE.UU. Dicha instalación intercepta la información de los cables transatlánticos que llevan información y las comunicaciones por Internet.
Las revelaciones parecen contradecir los desmentidos anteriores de los ministros del gobierno británico, que negaron que el GCHQ hiciera “el trabajo sucio” para la NSA. Además, los últimos datos de Snowden indican que las operaciones de vigilancia británicas podrían ser un “gancho comercial” de EE.UU.