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prensaglobaldigital
El país debe unirse y frenar las humillaciones, intimidaciones, bombardeos, paños tibios con que hemos tratado a los haitianos y organismos internacionales.
Somos una Nación Libre, Soberana, Independiente, con leyes, Constitución, Bandera, Escudo, Himno, aunque políticos y empresarios nos han endeudado con organismos crediticios, pero jamás debemos seguir permitiendo que sigan vejandonos.
El Presidente Danilo Medina debe instruir a sus funcionarios aplicar las leyes que regulan la presencia de los ilegales como lo hacen otras naciones y expulsar a esas lacras que vienen a pisotear las tierras de Quisqueyana a ofendernos y hacer acusaciones de supuestas violaciones a Derechos Humanos.
El Presidente Danilo Medina ha defendido en foros internacionales la Soberanía Dominicana y se impone que los funcionarios diplomáticos lo imiten en sus respectivas naciones donde han sido nombrados.
Hay que defender de todas maneras y cualquier terreno el querer y sentir de los ciudadanos sensatos quienes aspiran a tener un mejor país y libres de “LACRAS HUMANAS”, vengan de donde vengan.
La Libertad ciudadana, Soberanía Nacional y menos la Ley de repatriaciones por lo que se requiere de acciones contundentes para evitar sean transgredidas,
El presidente Danilo Medina ha atacado las migraciones de “raíz” porque la incursión haitiana ha sido una continua fuente de problemas, a pesar de las tantas ayudas que les hemos prestado a sabiendas de su ingratitud nuestros enemigos permanentes.
Los haitianos son con el Águila que quienes los alimentan tarde que temprano, “sacan las garras y les arrancan los ojos”.
Hay que acabar con los paños tibios, porque eso no funciona y que decidirse a aplicar las leyes con severidad y el funcionario que rehúse a catarla que se tramite su cancelación y sometimiento a la Justicia.
El gobierno tiene que hacer las recomendaciones a sus funcionarios recordándoles el contenido de la ley que prohíbe la presencia de ilegales en el país.
Las denuncias alegres de gringos metiches, de los antidominicanos, títeres regionales y los famélicos mentales haitianos hay que desarmarlas y acabar moralmente con esas campañas, que por dinero desacreditan nuestra nación.
El gobierno sabe lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer en el caso de las campañas difamatorias y la presencia de ilegales haitianos que nos conllevan gastos, su presencia es dañina y nos transmiten enfermedades e infaustos hábitos y costumbres.
Estados Unidos, Canadá, Francia, Inglaterra, Unión Económica, junto a los sacerdotes y periodistas dominicanos con ONGs y pagados, el gobierno de Danilo Medina con sus herramientas deben neutralizarlos en sus pretensiones.