¿Para qué sirve el apio?
Este vegetal tan versátil, que queda perfecto en una sopa para pleno invierno o en una rica ensalada veraniega, tiene una gran cantidad de magnesio y hierro. ¡Una combinación superpoderosa! Nutre todas las células del cuerpo y, además, nos aporta lo necesario en sodio para que nuestro organismo funcione a la perfección.
Por otra parte, el apio tiene mucho calcio que, como ya sabemos, es bueno para fortalecer el estado de los huesos, sobre todo, en la tercera edad. Pero no termina allí, porque esta verdura tan rica ayuda a convertir el calcio inorgánico (ingerido a través de alimentos refinados o alterados químicamente) en orgánico.
Comiendo apio evitamos padecer un mal funcionamiento en todos los sistemas del cuerpo y, además, prevenimos la aparición de ciertas enfermedades como, por ejemplo, diabetes, artritis, venas varicosas, problemas cardíacos, hemorroides, problemas renales o biliares.
El sodio que aporta el apio mantiene en excelentes condiciones el flujo sanguíneo y el sistema linfático, evitando que la sangre esté demasiado espesa o ácida.
En el caso de las mujeres que se encuentran con el período menstrual o la lactancia, el apio les puede ayudar a restituir el organismo y a reponer tanto el hierro como el calcio que pierde el organismo a través de la menstruación o la leche.