Se trata de Víctor Castro Batista, de 36 años, quien según sus familiares, llegó a ese estado producto del consumo de drogas, el cual es bastante agresivo.
El hombre en cuestión tiene una cadena con dos candados, la cual cruzando la espalda le abarca los dos brazos, y en ese lugar, al lado de un cerdo, duerme, come y realiza sus necesidades fisiológicas.
El padre de Víctor, el señor Danilo Valdez Alcántara, dice que no puede soltar a su hijo porque teme que vaya a cometer algún crimen; manifiesta, que él se come cualquier cosa que tenga a su alrededor, llegando al punto que comer sus propias heces fecales.
Según narran sus familiares y vecinos, Víctor se comió un pollo vivo que le pasó por el lado, incluso a su propio padre le trató de comer un dedo, lo que les hace temer por la vida de los niños y personas del entorno.
Indican que si lo liberan, este penetra a las viviendas y se lleva todo lo que encuentra; y entre otros, esos son los motivos por lo que hay que mantenerlo amarrado.
Era deportista antes de caer en las drogas.
Victor Castro, no tiene hijos, ni esposa y llevaba una vida normal que incluso practicaba béisbol y que se destacó en las artes marciales y el boxeo. Quienes le conocen dicen que todo cambió cuando comenzó a utilizar drogas, lo que lo llevó a ser agresivo y a robar para mantener su vicio.
Lamentan la situación inhumana en la que vive este joven hombre y hacen un llamado a las autoridades para que vengan cuanto antes en auxilio de Víctor, quien necesita cuidados médicos, alimentación y poder dormir en condiciones humanas.
Multimedios Linieros contactó a la Directora Provincial de Salud, Fiordaliza Caridad Ceballos quien se trasladó hasta donde se encuentra este dramático cuadro humano, y pidió a sus familiares que la visiten a los fines de ver que se puede hacer.
Esperamos que las autoridades pongan atención a este caso lo más pronto posible.
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