¿Te ha sucedido alguna vez? Los desgarros musculares son resultados de sobreesfuerzos, de pequeñas rupturas de fibras musculares tras un impacto o un tirón fuerte. Es algo frecuente y vale la pena conocer qué estrategias podemos seguir en casa para recuperarnos lo antes posible o atenuar el dolor. ¿Tomamos nota?
¿Por qué se producen los desgarros musculares?
En ocasiones queremos coger algo, un bolso, una maleta… lo cargamos con fuerza y al instante, sentimos una quemazón muy fuerte en el hombro o incluso en la espalda. O son muy frecuentes también tras un golpe, algún pequeño accidente de tráfico o hasta haciendo deporte. Es algo cotidiano. Hemos de recordar también que el desgarro muscular puede ser:
Leve: cuando sufrimos lo que se llama “músculo extendido”, ahí donde hay una leve molestia en la cual, solo el 5% del músculo se ha desgarrado. Tienes dolor al moverte, pero puedes recuperarte perfectamente haciendo reposo en casa.
Medio: Aquí ya hay mucho dolor. E incluso es habitual que de inmediato, emerja un bulto bajo la piel. El músculo no se ha roto del todo, pero hay una lesión que debemos tratar.
Lesión severa: el músculo se ha roto, y eso lo podemos ver porque de inmediato, emerge un color morado signo de que hay sangre interna y de que el músculo se ha partido en dos. Ten en cuenta que consideramos un desgarro grave cuando sientes un súbito crujido y cuando a continuación, notas que no puedes moverte.
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