Después de todo, los aparatos que usan el sistema Android de Google tienen desde hace tiempo pantallas grandes. Y muchos Android ya cuentan con los chips inalámbricos que está incorporando el iPhone para hacer pagos con tarjetas de crédito sin necesidad de presentar la tarjeta en los negocios.
El nuevo iPhone, no obstante, es un producto importante por una sencilla razón: solo Apple pude producir tanto el hardware como el software, lo que los hace más fáciles de usar y más confiables.
Hay muchos tipos de Android en el mercado y algunos no pueden procesar las últimas aplicaciones o funcionan con accesorios como relojes multiusos. Además, muchas de las aplicaciones más atractivas al principio funcionan solo en los iPhone o tienen funciones que son exclusivas del iPhone.
El Android sigue sacándole ventaja al iPhone en algunos aspectos. Los mejores modelos de Samsung, por ejemplo, son más livianos y sus cámaras tienen más megapixels, aunque ese es apenas uno de los factores que inciden en la calidad de una foto.
Lo que hace el nuevo iPhone es eliminar una de las razones por las que mucha gente decide cambiar de teléfono: ahora que ofrece una pantalla grande, el tamaño diminuto ya no será un factor a la hora de elegir un aparato.