Funcionaria sin identificar. Así la nombró en sus fotos la agencia AFP, que tardó dos horas en enterarse de quién era. La guapa señora rubia con quien tanto sonreían Barack Obama y David Cameron durante el funeral por Nelson Mandela era, por supuesto, Helle Thorning Schmidt, la socialdemócrata primera ministra de Dinamarca.
Tanta cordialidad con Obama y Cameron pudo deberse a que Dinamarca ha sido y es uno de los más fieles aliados de Estados Unidos y Gran Bretaña en la denominada guerra contra el terror, pero las lenguas más venenosas prefieren recordar que, según los cánones de belleza aplicados a dirigentes políticos que defiende, por ejemplo, un Silvio Berlusconi, Thorning se encontraría en las antípodas de Angela Merkel o Margaret Thatcher. De ahí, la cara de palo que exhibía Michelle Obama mientras su animado marido posaba para los ‘selfies’ de Thorning.
La melena rubia, los grandes ojos azules y la esbelta figura de la primera ministra, a quien el citado Berlusconi rindió homenaje en una cumbre europea con una de sus inconfundibles miradas de arriba a abajo, resultan a menudo más una maldición que una bendición. De hecho, la obsesión que despierta su aspecto puede alcanzar cotas surrealistas: la palabra que los internautas daneses asocian más frecuentemente a su nombre en búsquedas por la Red es “desnuda”, aunque no conste en absoluto que haya fotos suyas sin ropa.
Pero ni Berlusconi ni Obama ni Cameron tendrían nada que hacer con ella ya que está casada con Stephen Kinnock, hijo de Lord Kinnock, antiguo líder laborista británico. Ambos tienen dos hijas, aunque eso no les ha hecho escapar de malintencionados rumores. En 2011 dos periódicos daneses hablaron de sus problemas conyugales y el Expressen de Suecia hablaba de la supuesta homosexualidad de Kinnock. Sus largas estancias en Suiza, lejos de su mujer levantaban estas suspicacias que la atractiva política tuvo que negar: “”Puedo asegurar que no es cierto y que nunca lo será”.
Demasiado atrevida para ser una socialdemócrata
La elegancia de Thorning, quien dentro de tres días cumplirá 47 años, han hecho que desde la izquierda clásica danesa siempre se la haya considerado demasiado pija para ser una socialdemócrata auténtica, aunque en realidad proceda de Ishøj, un modesto suburbio de Copenhague.
De hecho, el viperino y persistente apodo “Gucci Helle”, por sus gustos presuntamente caros, fue obra de uno de sus compañeros de partido, Freddy Blak, con quien coincidió en Bruselas en sus tiempos de eurodiputada. Desde que Thorning accedió a la jefatura del Gobierno tras las elecciones de 2011, todos los sondeos han devuelto la mayoría a la oposición. De hecho, en aquellas legislativas obtuvo el peor resultado de los socialdemócratas en más de 100 años. Si llegó al poder fue gracias al avance de sus aliados social-liberales y socialistas, y al apoyo de la extrema izquierda.
Cuestiones políticas aparte, los analistas coinciden en que su aspecto, e incluso su tono de voz “mecánico, como el de un robot”, le roban las simpatías del danés medio, que al parecer la considera demasiado fría, demasiado aristocrática. Aunque venga de Ishøj.
Fuente: elmundo.es
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