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martes, 20 de agosto de 2013

Contaminación sónica o acústica

Sabaneta, Santiago Rodríguez.- El presente trabajo lo retomo por necesidad, porque me urge hacerlo. Hace dos años publique el presente artículo sobre la "Contaminación sónica o acústica I" y el problema en nuestra comunidad todavía persiste, no obstante, al esfuerzo demostrado por algunas autoridades para combatirlo.
Tenemos que pensar y analizar que no solo existe en nuestro medio ambiente un elevado índice de contaminación a nivel de: los suelos, el agua, el aire, entre otros.


También tenemos la contaminación sónica o acústica; recordemos que la acústica es la parte de la física que trata del sonido y que este es la sensación producida en el órgano del oído. La contaminación sónica o acústica es un problema que afecta a todos los seres humanos y se concentra principalmente en zonas urbanas. Este tipo de contaminación es responsable de las alteraciones del organismo, como son: los nervios, el vértigo, reducción de la capacidad visual, alteración del ritmo cardíaco, insomnio y consecuentemente afecta la capacidad física y mental.

Esta contaminación también puede provocar serias lesiones en el oído en una continua exposición de sonidos a niveles no recomendables.

Es conveniente que sepamos que la intensidad del sonido es medida de Decibeles, cuyos límites audibles están entre cero decibeles y 120 decibeles. En decibel es el sonido máa débil que puede ser escuchado por el oído humano en un ambiente silencioso; 70 decibeles en un poco pesado y 120 ya provoca un estimulo doloroso. El índice medio de ruido no perjudica para el ser humano es de 70 decibeles. Debemos destacar que en nuestra sociedad y en la de países en vías de desarrollo reina un nivel de anarquía en cuanto a regular la contaminación acústica o lo que es lo mismo sonora o auditiva, aún cuando existen leyes que deberían poner orden para que las mismas resulten efectivas.

¿En cuáles lugares de nuestra querida Sabaneta existe esta problemática?
          1. Hemos oído hasta la saciedad en los medios de comunicación tanto en la radio como en la televisión, de que los domingo no se pueden escuchar el interesante concierto que se realiza en el parque "Don Juan Rosado" provocando con esto que los esposos con sus hijos (as) se retiren del lugar porque no aguatan los ruidos estruendosos que salen de los centros de diversión y de automóviles con aparatos de música con el más alto de los decibeles, dejando a un lado la consideración y el respeto que deben exhibir a las personas que se encuentran en la zona y/o periferia y que por este motivo no puedan conciliar el sueño en toda la noche.

          2. También observamos que un sinnúmero de motoristas y pasoleros y a veces vehículos de 4 ruedas que de forma irresponsable transitan en las calles con ruidos estruendosos y molestosos, contaminando la salud de las personas y hasta de su propia familia. En este acápite no se escapan las guaguas anunciadoras que a veces se imaginan que están en un desierto y anuncian su productos o su mensaje en los decibeles más altos provocando estímulos dolorosos a sus compueblanos.

Recomendaciones:
          1. Que las autoridades gubernamentales, municipales y policiales no desmayen en las gestiones que han iniciando para regular la contaminación sónica, sonora o auditiva aplicando las leyes de forma contundente, pues, si no le damos seguimiento el propósito inicial se cae.

          2. Que se realicen reuniones periódicas por área con todas las personas que inciden directamente en dicha problemática, estableciendo las reglas y las sanciones pertinentes. Se hace muy difícil reclutar a tantas personas para la realización de una reunión o asamblea con las autoridades, pero en el caso de los choferes se podrían canalizar las informaciones a través de los sindicatos de choferes y de motoconchos, entre otros.

          3. Apelamos a la sensibilidad de las autoridades, tanto civiles como militares que a veces demuestran su mirada indiferente ante este problema cuyo deber es ponerle coto, aplicando las leyes que amparen y protejan la salud mental y física de nuestro querido pueblo.

Plasmo en este artículo el teléfono de la Unidad de Antirruido de la Policía Nacional (809) 533-1411, Extensión 5023, Santo Domingo.

¡El ruido contamina y enferma!
"Respeta a los demás para que los demás te respeten a ti"

Por Licda. Olga Mejía de Leclerc