Después de azotar el pitcheo de la liga cubana, en la cual implantó varias marcas ofensivas durante cuatro años, Guerrero decidió probar suerte en el mercado y vino en enero a República Dominicana en busca de estampar una firma millonaria con la organización de Grandes Ligas que mejor pague por sus cualidades.
Los ‘buscatalento’ que acudieron a verlo en acción se deleitaron observando al cubano sacar innumerables pelotas por todos los ángulos del parque y a distancias propias de grandes toleteros.
“Por cuatro años fui el mejor torpedero de Cuba, con múltiples récords ofensivos de por vida, aún así no fui incluido en la selección para el Clásico Mundial, razón por la que decidí abandonar y venir aquí a hacerme profesional”, señaló Guerrero, quien viene de batear .343 y .310 en en las últimas dos campañas de la pelota cubana.
Incluso, trascendió ayer que dos organizaciones le habían ofertado 30 y 23 millones de dólares, respectivamente, por hacerse con sus servicios.
Más caro que Céspedes
Guerrero, nativo de Las Tunas, Oriente de Cuba, nació en 1986, es considerado un jugador con más herramientas que sus compatriotas Yoenis Céspedes y Aroldis Chapman, ambos establecidos en Grandes Ligas, quienes fueron fichados por 36 y 30 millones de dólares respectivamente.
Por Justo de la Cruz
