“Este es un tema sumamente delicado y complejo”, indicó el Pastor, porque a su juicio se ha radicalizado, “se ha politizado y cualquier opinión que uno emita la interpreta uno de los dos bandos y le da funda, y trata de acabar con uno por cualquier posición que uno tome”.
Sostuvo que particularmente le gusta dejar espacio para la reflexión, cosa que no ocurre con los sectores que tienen posiciones radicalmente opuestas sobre este tema.
“Las partes enfrentadas solo se abocan a condenar o autorizar sin analizar, sin pensar, porque ambas posiciones tienen verdades, yo estoy en contra de los dos y a favor de los dos, porque ambos tienen parte de razón”, detalló.
Abundó que ahí entran en juego tres factores o elementos que son las madres o la mujer, el niño y el médico, porque para un aborto se necesitan esos tres factores.
Consideró que quienes defiende los derechos de la mujer, no hacen lo mismo con los derechos de la criatura que no tiene ni voz ni voto, mientras quienes se pronuncian en contra de la interrupción del embarazo quieren condenar al médico que solo se ha limitado a realizar su trabajo profesional.
“Ahí es que nosotros vemos que hay ocasiones en que el médico no puede ni siquiera salir a preguntar, sino que tengo que decidir qué voy hacer como profesional honesto, pues tengo que tomar una decisión en dos minutos porque se me muere esta mujer, ahora la intención del médico justa y cristiana debe ser abocarse a salvar las dos vidas”, precisó.
Acotó que en un momento tan delicado como ese, solo Dios y el médico son los que saben cómo se debe actuar para que ambas vidas puedan ser salvadas.
“Con lo que yo estoy de acuerdo es que cuando el médico tiene que tomar una decisión valiente, no es cuestión de una ley o decreto, es cuestión de educación y salud, o sea es un tema de salud en que una vida está en la mano de un hombre o de una mujer facultado y formado profesionalmente para eso, y es su deber moral, ético y cristiano salvar esa vida”, dijo el religioso.
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