Los investigadores, encabezados por el profesor Arko Ghosh, empezaron a notar en el uso cotidiano de los smartphones una forma de entender cómo esta práctica puede transformar el cerebro a una escala enorme. “La tecnología que usamos en nuestra vida diaria moldea el procesamiento sensorial de nuestros cerebros en una proporción que nos ha sorprendido”, señaló Ghosh.
Al tener registro de todas las actividades que realizan las personas en sus smartphones, los investigadores contaron con datos extensos para trabajar, realizar electroencefalogramas y saber de qué forma los usuarios están manejando sus manos a la hora de chatear, jugar o utilizar aplicaciones.
Con esa especie de ‘historia digital’ se comparó a los usuarios que utilizan los smartphones con personas que todavía usan teléfonos tradicionales. Las respuestas cerebrales eran muy diferentes, mostrando que, por ejemplo, en los usuarios con smartphones, la actividad eléctrica del cerebro se mejora cuando se utiliza el índice, el corazón y el pulgar. También se encontró que el nivel de actividad en la corteza del cerebro era directamente proporcional a la intensidad de uso del teléfono.
Además, al ser las puntas de los pulgares partes tan sensibles, se pudo detectar que los movimientos repetitivos realizados con ellas a través de las pantallas táctiles, están transformando notoriamente el procesamiento sensorial de nuestras manos y de nuestro cerebro.
Imagen: Michele Ursino (vía Flickr).