La madre explicó que su vástago escuchaba cuando sus raptores llamaban para amenazarla con enviarle algunas extremidades del niño si no cumplía con el pago de 260 mil dólares.
“Es algo que yo no se lo deseo a nadie, él prefería ahorcarse a que lo mataran y me dijo que no lo hizo porque no pudo desatarse las manos”, aseguró Canela, al tiempo que resaltó que al adolescente lo alimentaban con un pan al día y un poco de agua, lo que justifica la deshidratación que tenía al momento de su rescate.
También agradeció a Dios y a las autoridades por la labor desempeñada para rescatar a su hijo sano y salvo. “Yo no los veía como un departamento sino como parte de mi familia, porque me apoyaron desde el principio hasta el final y estuvieron siempre conmigo”, significó Canela.
Manifestó que los secuestradores le decían que como ella confiaba tanto en los agentes le iban a enviar el cadáver del niño para que lo velara con dos policías a los lados.
Canela se refirió a Ingrid Cecilia Mateo, quien está acusada de planear el secuestro, y precisó que no se imaginaba que una persona cercana a su familia, que fue una de sus primeras clientas en el gimnasio de su propiedad y con la que nunca tuvo ningún tipo de problemas, fuera capaz de cometer ese delito.
“Nos llevábamos muy bien y pienso que lo hizo por envidia”, concluyó al intentar explicar las posibles causas que llevarían a la imputada a secuestrar a su hijo, mientras que el caso continúa bajo investigación ya que no todos los implicados están detenidos.
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