Al pasar de los años todo cambia como parte de la evolución natural de las cosas. A esto no escapa la República Dominicana, la cual era considerada por turistas como el país más pacífico y seguro. Lamentablemente, esto quedó atrás y hoy el título es diferente.
Diversos estudios regionales sobre indicadores de criminalidad sitúan a la nación como uno de las más violentas y con mayor tasa de homicidios de América Latina. Así lo confirma un informe publicado en el 2013, por el Índice de Paz Global y divulgado por el Instituto para la Encomia y Paz (IEP).
De acuerdo a este informe, el país ocupa la posición 94 dentro de los más violentos de Latinoamérica, por encima de Haití. Asimismo, obtuvo el sexto lugar con más casos de homicidios, con 25 muertes por cada 100 mil habitantes.
Aunque las autoridades encargadas de llevar orden y seguridad insisten en que la criminalidad, feminicidios y muertes por encargo disminuyeron durante el 2013, lo cierto es que cada día los medios de comunicación tienen en su contenido algún suceso de una mujer asesinada por su novio, esposo o expareja; un ciudadano abatido por delincuentes, o alguien ultimado por el crimen organizado.
Antes tantas noticias horrorosas y desgarradoras, es inevitable preguntarse: ¿Qué pasa con República Dominicana? ¿Por qué tan violenta?, y ¿cómo pasó de ser pacífica a ser un país inseguro?
En ese sentido, el profesor y psicólogo evolucionista, Domingo Carrasco, expone que la violencia que vive la República Dominicana obedece al aumento de la pobreza y a la falta de orden, producto de muchos procesos de corrupción, patrocinados desde las esferas más altas de Estado.
“El soborno es uno de los modus operandi del país y muchos que trasgreden las leyes no son condenados por estar ‘pegados’ con alguien en el poder. Esto destruye el orden y la disciplina que impone la sociedad para vivir en armonía”, afirma el catedrático de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Carrasco explica que el crecimiento de la población, la desigualdad social, la carencia de empleos y el irrespeto a las normas jurídicas han provocado tanta violencia: “Vivimos como en una selva, con leyes, pero sin orden, por lo que en cierta forma hemos retrocedido nuestro comportamiento al de los animales. Lo mismo que hace un león para sobrevivir, lo hace el delincuente, sin importar los códigos que le impiden ese comportamiento”.
Asimismo, la socióloga y candidata a dirigir la Escuela de Sociología de la UASD en el periodo 2014-2018, Rosa Lara, coincide con Carrasco en que es un problema multicausal, en el cual interviene la desigualdad económica, de género, manipulación, corrupción, narcotráfico y desempleo, convirtiéndose en engendro de violencia.
Lara aclaró que la violencia también se ejerce desde el poder: “Es violento ver como en pocas manos se concentra la riqueza de un país, mientras la mayoría de la población sufre los efectos de esa política de inequidad.
“El aumento de la violencia se agrava en la década de los 90, con la violencia intrafamiliar, el sicariato, los enfrentamientos con la policía y la falta de autoridad. Por lo que esta problemática preocupa a sociólogos, psicólogos, criminalistas y otros profesionales relacionados con la conducta y la sociedad”, argumenta la catedrática.
La maestra esclarece, además, que el dominicano no es violento, sino que esta conducta que experimenta la sociedad es parte del sistema, por lo tanto es muy poco lo que se puede hacer, ya que el modelo es quien produce esos patrones.
No obstante, expresó que la República Dominicana tiene un gran desafío, ya que trabajar en contra de la violencia implica una toma de decisión política, una conciencia desde el Estado, el Gobierno, la sociedad civil y las comunidades, en programas con múltiples aristas que atiendan a las causas que originan esa situación.
También el profesor de Administración de la UASD, José Andrés Alcántara Ramírez, opinó que el incremento de la criminalidad y la violencia es producto de un sistema putrefacto, donde la policía actúa en contubernio con los delincuentes y la familia, que es la base de la sociedad, está desintegrada.
Son muchas las razones del porqué la República Dominicana se ha vuelto tan violenta, la incógnita ahora es: ¿existe la voluntad política y social para cambiar esa realidad que tanto nos afecta? …