1 – “No necesitas ser bueno/a en los deportes”. Dejale claro que no es un requisito para ser “cool” o “popular”. A algunos les gusta el deporte y sienten pasión por el fútbol, esperan con ansias la clase de voley o sueñan con ser campeones de judo; y otros, simplemente no. Es saludable hacer ejercicio y por eso es importante que lo incentives a que mantenga una vida activa y que sociabilice con sus pares. Sin embargo, no tiene por qué destacarse en esta área.
2 – “No sos tu trabajo”. Horas y horas en la oficina, nervios y tensiones ante cada presentación o entrega, satisfacción desmedida ante algo que sale bien… ¿Qué le estás transmitiendo a tus hijos cuando te ven reaccionar y vivir acorde a lo que pasa en tu trabajo? Hacele notar que la vida es mucho más de lo que pasa ahí y que sos mucho más de lo que te dice tu jefe o tus compañeros.
3 – “Nunca dejes de bailar”. Son conocidos los beneficios de la danza: ya sea de las que se aprenden con disciplina, como la clásica, como de las que se copian en plena pista de baile. Transmitile lo liberador que es moverse al ritmo de la música, con una sonrisa y hasta con los ojos cerrados. Ayudalo/a a soltar su cuerpo, inventar movimientos y, sobre todo, divertirse. Y recordale que nunca se olvide de hacerlo.
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