Reducir la ingesta de sal podría significar menos viajes al baño en medio de la noche, sugiere un nuevo estudio.
La mayoría de personas de más de 60, e incluso muchas más jóvenes, se levantan a orinar una o más veces por noche. Esto se conoce como nocturia. Esa interrupción puede conducir a problemas como estrés, irritabilidad o cansancio, que pueden afectar a la calidad de vida.
La nocturia tiene varias causas posibles, incluyendo (como halló este estudio) la cantidad de sal en la dieta.
"Este es el primer estudio en medir cómo la ingesta de sal afecta a la frecuencia de viajes al baño, así que debemos confirmar el trabajo con estudios más grandes", planteó el líder del estudio, Tomohiro Matsuo, de la Universidad de Nagasaki, en Japón.
"La micción nocturna es un problema real para muchas personas, sobre todo a medida que envejecen. Este trabajo plantea la posibilidad de que una simple modificación de la dieta podría mejorar de forma significativa la calidad de vida de muchas personas", dijo en un comunicado de prensa de la ESU.
El estudio incluyó a más de 300 adultos japoneses. Todos tenían una ingesta alta de sal y problemas para dormir. Se les dieron indicaciones y ayuda para reducir su ingesta de sal, y se les siguió durante 12 semanas.
La Asociación Americana del Corazón (American Heart Association, AHA), recomienda que las personas consuman no más de 2,300 miligramos (2.3 gramos) de sodio al día. Eso equivale a más o menos una cucharadita de sal.
Idealmente, señala la AHA, las personas no deberían consumir más de 1,500 miligramos (1.5 gramos) de sodio al día. La sal de mesa está conformada por alrededor de un 40 por ciento de sodio, según la AHA.
Más de 200 personas en el estudio redujeron su ingesta de sal. Pasaron de un promedio de 11 a 8 gramos por día.
Con esa reducción en la sal, la cantidad promedio de viajes nocturnos al baño para orinar bajó de 2.3 a 1.4 veces por noche. La cantidad de veces que las personas necesitaban orinar durante el día también se redujo.
El descenso en las visitas nocturnas al baño también llevó a una mejora en la calidad de vida, dijeron los investigadores.
En comparación, los casi 100 participantes cuya ingesta promedio de sal aumentó (de 9.6 a 11 gramos al día) tuvieron un aumento en los viajes nocturnos al baño de 2.3 a 2.7 veces por noche, reveló el estudio.
El Dr. Marcus Drake es profesor en la Universidad de Brístol, en Inglaterra, y líder del grupo de trabajo de la Iniciativa sobre la Nocturia de la Oficina de Directrices de la ESU. "Se trata de un aspecto importante de cómo los pacientes podrían ayudarse a sí mismos a reducir el impacto de la micción frecuente. La investigación en general se enfoca en reducir la cantidad de agua que los pacientes beben, y la ingesta de sal generalmente no se toma en cuenta", dijo.
"Aquí tenemos un estudio útil que muestra cómo debemos considerar todas las influencias para obtener la mejor oportunidad de mejorar el síntoma", añadió Drake.
El estudio fue presentado el domingo en la reunión anual de la Sociedad Europea de Urología (European Society of Urology, ESU), en Londres. Los hallazgos presentados en reuniones generalmente se consideran preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
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