“Tuve que comerme mis palabras, pero esas palabras resultaron ser muy dulces”, dijo Glenda Blackwell, una residente de la localidad de Leicester, estado de Carolina del Norte. Glenda relató que había comprado un billete por 10 dólares el pasado sábado con el que pretendía mostrar a su esposo que la lotería es “una estupidez”.
Pero ahora Blackwell, de 57 años, pretende invertir el dinero del premio en la compra de una nueva casa. Al mismo tiempo, el diario señala que la ganadora tenía que elegir entre recibir el millón dividido en veinte pagos anuales de 50.000 dólares cada uno, o recibir todo el dinero en un solo pago, pero que incluyendo los impuestos el premio se disminuía hasta unos 415.000 dólares. Glenda eligió la segunda opción.
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