SANTO DOMINGO. El promedio de 12 accidentes de tránsito por hora, sólo en la capital dominicana, ha llamado la atención del Gobierno, que ha lanzado una campaña de comunicación para concienciar sobre la problemática que el pasado año se saldó con la vida de 1946 personas, según los datos oficiales.
Factores como la imprudencia de los conductores, la falta de control por parte de las autoridades, la carencia de infraestructuras y de planificación son algunas de los elementos en los que -según el criterio de varios expertos- está la génesis del problema que en 2014 le valió al país el récord Guinness como el lugar más peligroso para circular por carretera.
“El colapso de la estructura vial es obvio”, advierte el sociólogo César Cuello, quien explica que las debilidades en el sistema de tránsito mantienen un vínculo estrecho con la incapacidad de las autoridades para ejercer control sobre los conductores y la carencia de fiscalización a quienes circulan sin permiso.
“Todo el que anda en un vehículo de motor tiene que ser regulado”, añade Cuello, profesor del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), al criticar que se permita que motorizados, implicados en el 70% de los accidentes, puedan andar en las calles sin licencia.
Atribuye al deterioro moral que conductores privados y del transporte público transgredan las leyes del tránsito, y que por el contrario se vea como “un extraño” aquel ciudadano que opta por cumplirlas.
Mientras para el ingeniero Mario Hidalgo, presidente de la Fundación Red de la Dignidad, y especialista en temas de tránsito, es a través de la educación la vía idónea para transformar el comportamiento de los conductores en las calles y reducir sustancialmente las estadísticas de accidentes y afectados.
“Si la educación vial no es obligatoria para poder cambiar la cultura de las generaciones futuras y actual siempre habrá caos en el transporte”, reflexiona Hidalgo, quien recomienda enseñar sobre esta temática desde el nivel escolar básico. También propone crear un área especializada para la educación vial dentro de las escuelas con los elementos apropiados y vehículos miniatura para guiar a los niños.
Hidalgo ve el origen de las elevadas estadísticas de accidentes de tránsito en la inexistencia de una ley de seguridad vial, la circulación de vehículos chatarra en las calles y la falta de un sistema de revisión periódica de los vehículos.
Pide, además, que sean tipificados dentro del Código Penal los accidentes para aplicar sanciones a quienes cometan imprudencias que tengan consecuencias fatales.
Imprudencia y consecuencias
Imprudencia y consecuencias
Para Diego Pesqueira, vocero de la AMET, “la imprudencia es la causa principal para que ocurran los lamentables accidentes”. Dice además que régimen de consecuencias es muy “benigno” con infractores.
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