Enseñar a leer y escribir a casi un millón de adultos que “no saben de letras” y que por décadas hicieron de la letra equis (X) su marca distintiva a la hora de completar documentación importante, tramitar cualquier diligencia bancaria o leer la etiqueta de un producto, fue un reto asumido por el Gobierno de Danilo Medina, aplaudido dentro y fuera del país, que a poco más de cuatro años no ha podido ser superado para poder declarar de una vez y por todas a la República Dominicana como un territorio libre de analfabetismo.
Obstáculos de toda índole han impedido la materialización de la meta, y según el presidente Danilo Medina, en su discurso de toma de posesión el pasado 16 de agosto, se ha debido a cambios en los criterios de medición de la población considerada analfabeta, que en vez de en 851,396 iletrados, como estimaba el Censo de 2010, aumentó a 943,201.
Según el más reciente monitoreo realizado por un grupo de 300 expertos agrupados en la Iniciativa Dominicana por una Educación de Calidad (IDEC), presentado en septiembre pasado, al 1 de julio de este año, el número de beneficiarios registrados en el Programa Nacional de Alfabetización ascendió a 990,026 personas.
Sin embargo, dicho informe detalla que el número de egresados asciende a 591,603, es decir, el 62.72% de la meta final revisada del Plan.
Las encuestas realizadas hasta la fecha, tanto la realizada por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples ENHOGAR, como las Encuestas Nacionales de Fuerza de Trabajo (ENFT), realizadas por el Banco Central, dan cuenta de tasas de analfabetismo de un 7.5%, la primera, y de un 8.05% la segunda, cifra ésta todavía lejos de la meta de un 5%.
No hay continuidad
Además de no cumplir con la meta en cantidad, tampoco se ha podido consumar la segunda gran prioridad de la IDEC y del Programa Nacional de Alfabetización, que consistía en la creación de una oferta apoyada en la sociedad civil para dar continuidad educativa a las personas egresadas de los núcleos de aprendizaje.
“Como hemos expresado en otros informes, la falta de continuidad educativa de quienes se han alfabetizado, constituye el gran talón de Aquiles de este programa que tanto apoyo ha concitado de todos los sectores”, expresó el señor
Radhamés Mejía, durante la presentación del documento.
¿Qué ha fallado?
Mejía consideró que probablemente el corto período de tiempo del proceso inicial de alfabetización no sea suficiente para conseguir que un adulto llegue a estar alfabetizado y sea necesario la continuación educativa que tanto se reclama y, también, la continuidad del programa de alfabetización más allá de los dos años inicialmente previsto para alcanzar los objetivos.
Ivelisse Prats de Pérez, exsecretaria de Estado de Educación, va más lejos al expresar que han faltado las pruebas de evaluación de desempeño que permitan medir las competencias de los egresados del programa.
“Si tú no pruebas que una persona sabe algo no puedes determinar que lo sabe”, resalta Prats de Pérez, quien a pesar de su filiación política opositora se integró a la Junta Nacional de Alfabetización movida por la loable iniciativa, pero renunció por la alegada politización del programa y la negativa de sus directivos a entregar los informes de evaluación y costos del mismo.
“Nunca hubo evaluaciones para los que se les entregaba el certificado, por tanto, yo no puedo creer que nadie sepa inglés si no me habla inglés”, resaltó la experimentada educadora al conversar vía telefónica con elCaribe.
Dijo que aunque en principio se llamó a la participación de todos los sectores religiosos, políticos y sociales, el programa terminó por ser controlado en las provincias por los diputados, regidores y alcaldes del oficialismo, que desvirtuaron su objetivo, con la “polipartidización”.
Otro fallo, dice, consistió en la corta preparación de los facilitadores del programa que a julio del año pasado eran 56,038.
Precisamente, la Unesco advierte que uno de los puntos en los que los programas de alfabetización muestran mayor debilidad es en la contratación y la formación de los alfabetizadores.
En el caso de Quisqueya Aprende Contigo se optó por el trabajo voluntario de los alfabetizadores, que aunque no reciben remuneración, sí tienen un estipendio de RD$2,000.00 mensuales para gastos de transporte.
Se desconoce costo del Plan
Prats de Pérez también deploró que a estas alturas todavía no se sepa el costo del Plan Quisqueya Aprende Contigo y que esa información se haya convertido en el “secreto mejor guardado del Caribe”.
Afirma que pese a que ha hurgado en los proyectos de ley de presupuesto y gastos públicos depositados en el Congreso Nacional desde su puesta en marcha con la conformación de la Junta Nacional de Alfabetización el 7 de septiembre de 2012, en virtud del decreto 546-12, no ha podido ser conseguido.
Llama a reconducir el plan
La experta considera necesario reconducir el Plan de Alfabetización, con la realización de una evaluación completa del programa por parte de un organismo internacional acreditado, tal y como recomendaron cuatro exministros de Educación, ella incluida, a raíz del escándalo originado por un acto de graduación con personas que nunca participaron en acciones formativas del programa en la pasada campaña electoral.
Valoró el hecho de que el propio ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, en nombre de la Junta Nacional de Alfabetización acogiera la sugerencia hecha en aquel momento, la que todavía no se ha materializado. “Yo lo estoy esperando, ese sería el primer paso para después hacer un diagnóstico que nos diga a todos y a todas, los críticos, los defensores, los que participamos, los que no participaron, cuál es el estado de situación del programa, y se pueda reorientar”.
Añadió que una de las cosas peores y en las que no ve salida momentánea es que el programa está concebido como una campaña más, “y los programas de alfabetización que no tienen lo que se llama seguimiento, continuidad educativa, fracasan irremisiblemente, porque los que se alfabetizaron al no practicar la lectura, la no escritura, el cálculo, el pensamiento, vuelven a ser analfabetos por desuso, y los que se alfabetizaron creyendo que eso iba a ayudarlos a seguir adelante, quieren aprender otras cosas, a tener una vida mejor, se desencantan y el desencanto nacional por un programa de alfabetización, te lo digo por experiencia, dura mucho tiempo para que otro presidente o ministro de Educación vuelva a encantar a la población con ese tema”.
La Unesco y OEI se retiraron
La educadora reveló que tanto la Unesco como la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (OEI) que en principio se comprometieron a apadrinar el programa se han retirado prudentemente porque no se cumplieron las metas.
Estudio revela fallas del sistema educativo formal
Una de las conclusiones que arroja el informe elaborado por la IDEC es que la capacitación de los alfabetizadores evidencia serias deficiencias del sistema educativo formal: alfabetizadores y alfabetizadoras de diferentes niveles educativos: bachilleres, universitarios, profesionales, presentan problemas en la lectura y escritura. “Ha posibilitado también demostrar que no es suficiente tener la voluntad de enseñar, que se requieren habilidades y elementos conceptuales; de igual forma, ha hecho visible las potencialidades de la misma capacitación”. Asimismo, el estudio resalta que la capacitación ha generado una capacidad instalada y ha inspirado el despertar de una reflexión como país acerca de muchas temáticas e interrogantes sobre la educación para estudiar.
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