Mercedes Rodríguez, juez de la Primera Sala del Juzgado de Paz Especial de Tránsito del Distrito Judicial de La Romana, admitió tener en su poder una pistola que le facilitó un fiscal amigo suyo, ya que la Suprema Corte de Justicia no había dado respuesta a los requerimientos de ella en ese sentido.
La destituida por el Consejo del Poder Judicial reconoció durante el juicio disciplinario y ante los inspectores de la Suprema, que debió haber impuesto una medida de coerción a los extranjeros aunque su criterio como juez siempre ha sido anular la medida de coerción cuando haya una actuación procesal defectuosa.
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