Pages

70

.

Labels

miércoles, 24 de junio de 2015

Tuberculosis pulmonar, curable diagnosticada a tiempo


La tuberculosis pulmonar, infección bacteriana contagiosa que compromete los pulmones y que, además, puede propagarse a otros órganos, podría ser aliviada eficazmente si es diagnosticada y tratada a tiempo.
 
Descuidar su tratamiento convierte al enfermo en farmacorresistente, lo que podría aumentar el riesgo de muerte y aumentar el contagio.
 
Es causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis (M. tuberculosis) y se puede adquirir por la inhalación de gotitas de saliva provenientes de la tos o el estornudo de una persona infectada. La infección pulmonar resultante se denomina tuberculosis primaria.  La mayoría de las personas se recupera sin evidencia mayor de la enfermedad, que puede permanecer  inactiva por años. En algunas, se activa de nuevo.
 
La generalidad de quienes presentan síntomas de tuberculosis resultó primero infectada en el pasado.
 
Los ancianos y los bebés están en mayor riesgo de tuberculosis activa, así como las personas con sistemas inmunitarios debilitados, por ejemplo, debido al SIDA, quimioterapia, diabetes o medicamentos que disminuyen su inmunidad.
 
El riesgo de contraer tuberculosis aumenta si está en torno a personas que la padecen (como durante un viaje al extranjero), en condiciones de vida insalubre o de hacinamiento y si padece desnutrición.
 
El aumento de contagios por VIH, de personas sin hogar (ambiente de pobreza y desnutrición), aparición de cepas de tuberculosis farmacorresistentes, están entre los factores que pueden incrementar la tasa de casos en una población.
 
Síntomas
La fase primaria de la tuberculosis no causa síntomas, pero cuando se presentan, pueden abarcar: dificultad respiratoria, dolor torácico, tos (algunas veces con expectoración de moco), expectoración con sangre, sudoración excesiva, especialmente en la noche, fatiga, fiebre, pérdida de peso y sibilancias.
 
Pruebas y exámenes
El médico o el personal de enfermería realizarán un examen físico, el cual puede mostrar: dedos hipocráticos en manos y pies (en personas con enfermedad avanzada), inflamación o sensibilidad de los ganglios linfáticos en el cuello u otras áreas, líquido alrededor del pulmón (derrame pleural), y ruidos respiratorios inusuales (crepitaciones).
 
Los exámenes que se pueden ordenar abarcan: biopsia del tejido afectado (rara vez se hace), broncoscopia, tomografía computarizada del tórax, radiografía de tórax, prueba de sangre para secreción de interferón gamma, como la prueba QFT-Gold, examen y cultivos del esputo, toracocentesis y prueba cutánea con tuberculina (también llamada intradermorreacción con tuberculina o prueba PPD, por sus siglas en inglés)
 
Tratamiento
El objetivo es curar la infección con fármacos que combatan las bacterias de la tuberculosis y que implicará una combinación de muchos medicamentos (por lo regular cuatro). Se continúa la administración de todos hasta que las pruebas de laboratorio muestren cuáles funcionan mejor.
 
El enfermo posiblemente necesite tomar muchas píldoras en momentos diferentes del día durante 6 meses o más. Es muy importante que observe las instrucciones del médico, pues cuando no las toman así, la infección puede volverse mucho más difícil de tratar, y las bacterias resistentes al tratamiento, lo cual significa que los fármacos ya no hacen efecto.
 
Expectativas (pronóstico)
Los síntomas a menudo mejoran en 2 a 3 semanas después de comenzar el tratamiento; una radiografía de tórax no lo mostrará y el pronóstico es excelente si la tuberculosis pulmonar se diagnostica a tiempo y es atendida eficazmente.