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“Yo nací aquí (…) y resulta que ni mi mamá ni mi papá me sacaron papeles. Entonces yo lo que quiero es tener algo que me pueda asegurar (permanecer) aquí para no deportarme a un país que no conozco”, dijo Karina Charles a la AFP en la entrada del Ministerio de Interior y Policía, responsable del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros.
Haitianos tristes
Tanto a Charles, como a otros miles de haitianos ilegales, les quedan unas algunas horas para inscribirse en el plan.
Cuando las oficinas de recepción de solicitudes cierren este miércoles a las 19H00 local (23H00 GMT), será la última oportunidad para impedir deportaciones, pues finaliza el plazo del proceso para la regularización de inmigrantes que abrió el gobierno del presidente Danilo Medina.
“Aquellas personas que no se acogieron al plan de regularización, esas personas están sujetas a la repatriación”, aseguró el martes por radio el viceministro de Interior, Washington González.
En 2013, una controvertida sentencia del Tribunal Constitucional determinó que no eran dominicanos los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en el país, ni aún cuando estuvieran asentados en el registro civil, lo que desató una ola de críticas dentro y fuera del país.
A raíz de esta controversia, que generó una crisis diplómatica entre ambos países, el gobierno de Medina abrió el proceso de legalización.
– Objetivos incumplidos –
“Estarían quedando fuera unos 200.000 haitianos”, calcula Roudy Joseph, coordinador del Movimiento Justicia Migratoria, formado hace un año por 18 organizaciones de la comunidad haitiana en Dominicana y unas 12 entidades de la Central Nacional de Unidad Sindical (Dominicana).
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El cálculo de Joseph se basa en la Encuesta Nacional de Inmigrantes de 2012, realizada por el Fondo de Población de Naciones Unidas, que establece que en República Dominicana residen unos 560.000 inmigrantes, de los cuales 458.000 son nacidos en Haití.
El Ministerio de Interior calcula que al final del plazo se habrán registrado 250.000 extranjeros, con entre 94% y 96% de haitianos.
Joseph, inmigrante legal con 10 años en Santo Domingo, sostiene que los objetivos del plan no se han podido cumplir porque las oficinas de Interior y Policía han duplicado las exigencias que en principio establecía el reglamento.
– Caos y desesperación –
Ni el sol candente ni las esporádicas lloviznas o el frío de las madrugadas, han movido de las adyacencias de las oficinas estatales habilitadas para el plan a más de medio millar de haitianos que llevan varios días apiñados esperando su turno.
“Yo tengo 6 días viniendo para acá y no he podido conseguir mis papeles”, se queja ante la AFP Joguel Jones, un pintor que tiene 6 años viviendo en el país.
El cuadro de la espera adquiere mayor dramatismo con la presencia de decenas de niños, algunos recién nacidos, cuyas madres aguardan de tres a cinco días en las calzadas del edificio del Ministerio del Interior, ubicado en el centro de la capital dominicana.
“Nosotros (nos) sentimos tristes porque (…) no podemos conseguir documentos. Hay muchos de nosotros (…) Van a sacar a todos los haitianos de aquí”, dice el jardinero Odelis Selesyi, con 10 años viviendo en República Dominicana.
Los aspirantes se apoyan unos a otros y a veces se empujan, se pelean, lucen desorientados y, en muchos casos, reina la desinformación. La misma escena se repite en Santiago (norte) y otras oficinas habilitadas en el país.
El gobierno ha dicho que a partir de este jueves las personas que hayan sido preseleccionadas, aún cuando no hayan entregado toda la documentación, estarán resguardadas por un año.
Haití -el país más pobre de América Latina- y República Dominicana comparten la isla caribeña La Española. Su problema de migración se vio agravado tras el terremoto del 12 de enero de 2010 que dejó unos 200.000 muertos y un millón de desplazados en Haití.
Imagen cortesía del Listín Diario