El anuncio del gobierno publicado el jueves en el diario Juventud Rebelde es la primera expansión significativa de internet en Cuba desde que el presidente Barack Obama anunció el 17 de diciembre que el gobierno comunista le había dicho que daría más acceso a la red a su pueblo como parte de una distensión histórica entre los dos enemigos de la Guerra Fría.
Luis Manuel Díaz Naranjo, vocero de la empresa estatal de comunicaciones de Cuba, informó a Juventud Rebelde que 35 puntos de todo el país tendrán Wi-Fi a partir del próximo mes y que el precio por hora de uso sería de 2 dólares, frente a los 4,50 dólares actuales.
El precio sigue siendo inasequible para muchos cubanos, pero el cambio significaría una importante mejora en el acceso a la red para muchas personas.
En la capital por ejemplo, se podrá navegar en la popular calle Rampa, desde el cine Yara al Malecón, uno de los espacios concurridos de la ciudad.
Tener internet en casa sigue siendo ilegal para la mayoría de la población en Cuba y el acceso online desde las oficinas es muy limitado y controlado. Hasta ahora, las únicas redes inalámbricas estaban en hoteles para turistas a precios que representan casi una tercera parte del salario promedio mensual de los cubanos.
“Se va abriendo el espacio de internet yo creo que esto es un paso significativo”, dijo Norges Rodríguez, bloguero e ingeniero en telecomunicaciones de La Habana. “Hace uno, dos años no había nada de esto “.
La falta de acceso a internet en Cuba sigue siendo grave, señaló, resaltando que 35 puntos de acceso serían algo insignificante en cualquier otro país del hemisferio.
Los críticos apuntan que la falta de conectividad se debe principalmente al temor del gobierno de que internet sea el catalizador del descontento social. El gobierno cubano culpa al embargo estadounidense en la isla y ha expresado de manera pública su intención de expandir el acceso para sus ciudadanos.
Entre la población la noticia cayó bien.
“Tener más acceso a una amplia comunicación es bueno no sólo por moda, sino que es cuestión de estar actualizado, de poder entrar a lugares donde uno pueda superarse profesionalmente. Es una buena idea, estamos ampliando y mejorando nuestro sistema”, dijo a The Associated Press Liliana Milanés, una psicóloga de 24 años.
En los últimos meses ha habido pistas de que el gobierno cumplirá con su promesa. El monopolio estatal de comunicaciones, ETECSA, experimentó con un recorte temporal de 2 dólares y el artista Kcho llamó la atención al abrir un punto de acceso público de Wi-Fi restringido por el gobierno, en su centro de artes de La Habana.
Al hacer una rebaja de precios permanente y agregar capacidad inalámbrica para permitir que las personas usen sus propios smartphones, tabletas y laptops en centros del estado en lugar de las anticuadas computadoras del gobierno, podría representar un importante paso para facilitar la vida online en uno de los países menos conectados del mundo.
Muchos cubanos, particularmente los jóvenes en la capital, son tan adeptos a la tecnología como sus contrapartes en países más conectados, pese a las severas limitaciones para acceder a la tecnología. Sorprendentemente, el más reciente iPhone es algo común en La Habana y hay cientos de tiendas de telefonía móvil privada donde la gente puede comprar y reparar equipos, así como instalarle aplicaciones por medio de técnicos de computación, en lugar de por internet.
“Es una buena idea que me permitiría bajar cosas por internet”, calculó rápidamente el joven estudiante de 15 años Cristian Amet.
Fuera de La Habana, la situación es mucho más complicada, con muchos menos celulares en manos de personal privado, mucho menos smartphones y muy pocos centros de acceso a internet, incluso en ciudades importantes.