Philiph Yan, obrero de la construcción, dijo a Diario Libre que se iba a llevar sus pertenencias donde sus familiares en Cabo Haitiano, pero que luego intentaría volver a República Dominicana por cualquier vía.
“No voy a dejar que me metan en la camiona y me quiten los chelitos que he ganado en los últimos años aquí”, dijo.
En tanto, Michelle Pié, con un niño en los brazos, manifestó al referido periódico que decidió irse a su país, porque no tiene documentos. “Me dijeron que iban a recoger a todos los ilegales, entonces recogí mis cositas y me voy”.
En el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo la presencia de vendedores ambulantes haitianos era casi nula.
En las avenidas Luperón, John F. Kennedy, Máximo Gómez, 27 de Febrero, Abraham Lincoln, Lope de Vega, Padre Castellanos, entre otras, no se veían comerciantes haitianos.
En vías neurálgicas de la provincia Santo Domingo, donde los extranjeros acostumbran a vender sus mercancías, fueron pocos los haitianos que circularon.
Ese también era el panorama en las avenidas Charles de Gaulle, Hermanas Mirabal, San Vicente de Paul, Los Restauradores, Hermanas Mirabal, Prolongación 27 de Febrero y la carretera Mella.
Sin embargo, en el sector San Carlos, la zona conocida como Pequeño Haití, la actividad comercial en la que se vinculan haitianos y sus descendientes se desarrolló de manera normal.
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