Varias son las razones por las cuáles duelen los pies, teniendo en cuenta que son la parte del cuerpo que debe soportar nuestro peso cuando caminamos, corremos, subimos escaleras, etc. Desde el uso de un calzado inadecuado al sobrepeso, causa malestar y dolor en talones, plantas o dedos. Conoce en el siguiente artículo cómo evitar dolores en los pies.
Prestar atención a los dolores de los pies
No es usual que las personas se enfoquen o “escuchen” lo que los pies les están diciendo. Además, no se suelen ofrecer demasiados cuidados a esta parte del cuerpo tan importante, sino todo lo contrario. Es importante observar que se trata de una estructura compleja, la cuál cuenta con 28 huesos, 107 ligamentos, 31 tendones y 18 músculos. Todos ellos requieren de más cantidad de cuidados y nutrientes, los cuáles se aportan mediante masajes, baños, calzado adecuado y una dieta balanceada, con el objetivo de evitar dolores, irritaciones y ardores.
El dolor en los pies puede deberse a:
Estar de pie durante muchas horas seguidas
Envejecimiento
Sobrepeso
Deformidades del pie (como ser artritis o artrosis)
Lesiones o heridas
Zapatos que ajustan demasiado
Calzado que no está bien afirmado al pie
Caminar mucho
Hacer actividades deportivas sin alongamiento previo
Fracturas óseas
Juanetes (protuberancias en la base del dedo gordo)
Callos (engrosamiento de la piel por presión o fricción)
Dedos en martillo (se curvan hacia abajo como una garra)
Arcos caídos o pies planos
Neuroma de Morton (engrosamiento del tejido de los pies)
Esguinces
Consejos para evitar el dolor de los pies debido al calzado
Las mujeres que utilizan tacones demasiado altos son las que más sufren dolores en los pies. Esto se debe a que no están en una buena posición y que la punta y los dedos son los que deben hacer mayores esfuerzos. Esto puede derivar en otros problemas más graves, algunos de ellos que requieren de intervención quirúrgica. Los consejos son:
Utiliza tacones medianos para el uso diario y “guarda” los más altos para ocasiones especiales como fiestas o reuniones.
No uses siempre el mismo par, para que el pie no se amolde a un solo zapato.
Elige mejor un zapato de plataforma a uno de tacón aguja, para que el talón pueda contar con un punto de apoyo superior.
Escoge el calzado con correas gruesas y de un material cómodo, dejando de lado el plástico, por ejemplo. Que no apriete demasiado pero tampoco que se deslice hacia adelante. Mejor las tiras traseras, para que se ajuste bien al pie.
Evita los tacones con pendiente pronunciada o fuerte caída, porque éstos ofrecen menor estabilidad y apoyo. Cuánto más gradual es la pendiente, mayor será el ajuste.
Realiza masajes en los pies por las noches o cuando regreses a tu hogar. Si te duele el arco, gira una botella con agua congelada. Estira el pie y la pantorrilla cuando te quites el calzado. Durante el día, mueve los dedos mientras te sea posible.
Utiliza calzado bajo cuando estás en tu casa o haces deporte. Evita permanecer mucho tiempo con los tacones, cámbialos apenas llegues del trabajo o de una fiesta. Utiliza plantillas con elevación en el arco.
No ignores los problemas de los pies y ante cualquier síntoma, acude a un médico.
Remedios caseros para el dolor de pies
Remoja los pies en una vasija con agua tibia, en la cual debes añadir dos cucharadas de sal marina. Enjuaga luego de algunos minutos con agua limpia, dando pequeños golpecitos suaves con una toalla. Después aplica una crema humectante con masajes circulares, deslizando el pulgar de la mano con fuerza por todo el arco del pie, para eliminar los dolores.
Hierve tres tazas de agua durante 10 minutos. Añade siete hojas de menta. Retira del fuego y cuando esté tibio sumerge los pies en un recipiente, durante cinco minutos. Seca bien.
Expone los pies a un chorro de agua bien caliente durante un minuto y luego intercambia a agua fría. No utilices esta alternativa si padeces diabetes o ciertos problemas de salud.
Remoja los pies durante cinco minutos en agua tibia con seis gotas de aceite de eucalipto con seis gotas de aceite de romero. Remoja los pies en el agua.
Frota los pies con agua y vinagre o hamamelis, para poder un efecto refrescante y atenuar el dolor.
Sumerge por 30 minutos los pies en un recipiente con dos litros de agua tibia o caliente y un puñado de semillas de cebada o de mijo.
Introduce los pies en un recipiente que contenga 15 gotas de esencia de menta. Se trata de un remedio natural muy eficaz para los días de calor de verano, cuando los pies se pueden hinchar un poco. En el caso de los meses de invierno, elige la esencia de mirto o de geranio y el agua ha de estar más caliente.
Coloca en un recipiente con agua caliente suficiente líquido para sumergir hasta los tobillos. Aplica 7 gotas de aceite de lavanda y deja los pies dentro durante unos 20 minutos, moviendo de vez en cuando.
Hierve en un litro de agua dos cucharadas de romero y dos de salvia, durante 10 minutos. Vierte esta infusión en un recipiente y sumerge los pies durante unos 15 minutos aproximadamente.
Vierte un puñado de flores de manzanilla en un recipiente con agua hirviendo. Tapa y deja refrescar. Con esta preparación realiza masajes en los pies. Es un excelente anti-inflamatorio que reduce los dolores y la hinchazón.
Coloca en dos litros de agua el contenido de un tallo de aloe vera, añade media taza de agua de rosas y media de agua de Carmen. Sumerge los pies y deja actuar por 15 minutos.