De Boadicea, reina guerra, a Isabel I, forjadora de Inglaterra o Indira Gandhi, que consolidó India, la historia y las leyendas están llenas de ejemplos de mujeres fuertes.
Pero nunca como en la realidad del siglo XXI, cuando pareciera que las mujeres comienzan a romper “el techo de cristal” y a ocupar puestos de responsabilidad en números sin precedente.
Diecinueve mujeres encabezan gobiernos y decenas más dirigen organizaciones internacionales, organismos gubernamentales o empresas transnacionales.
Las mujeres son 49.9% de la población mundial y en muchos países son todavía personas de segunda clase. En otros casos, su importancia real no se refleja en la vida pública.
Algunas de las gobernantes o políticamente prominentes llegaron ahí como herencia de sus fallecidos esposos, pero otras se mantienen, y van más allá por su propia capacidad.
“Yo hablaría de un avance, pero simplemente de eso, es un avance. Queda mucho, mucho por hacer para hablar de igualdad y equidad de condiciones, y esto es un tema de hombres y mujeres, no sólo de mujeres”, puntualizó la doctora ypolitóloga Claudia Calvin, cofundadora del grupo Mujeres Trabajando.
Boadicea o Boudica fue la reina de los iseni, una tribu celta que se rebeló contra los romanos en el siglo I y fue prácticamente borrada del mapa.
Con todo, tal vez se hallaría en buena compañía con personajes como Angela Merkel, la canciller alemana; Dilma Rousseff, la presidenta de Brasil; Christine Lagarde, la directora-gerente del Fondo Monetario Internacional o Nancy Pelosi, lideresa de la minoría demócrata en la Cámara baja del Congreso estadunidense. Y ésas son apenas algunas.
Park Geun-hye, presidenta de Corea del Sur, no sólo superó los problemas de una sociedad tradicional para convertirse en la primera mujer que dirige su país, sino también en la primera que encabeza un país del noreste asiático.
La situación de Park Geun-hye puede ser un poco extrema, pero no mucho más que la de Sheikh Hasina Wajed, premier de Bangladesh, que enfrenta los conflictos de uno de los países más pobres del mundo.
El gobierno de Cristina Fernández, presidenta de Argentina, puede tener todos los problemas que se quiera, pero nadie duda de que ella lleva las riendas.
La responsabilidad de Merkel, como cabeza de la nación más rica de la Unión Europea, trasciende sus fronteras. Rousseff, a su vez, busca este año la reelección fuera de la sombra protectora de su predecesor Luiz Inácio Lula da Silva.
Hillary Rodham-Clinton es uno de los más visibles rostros de mujeres políticas en el mundo. Exsenadora, exsecretaria de Estado y ex primera dama, Rodham-Clinton buscará por segunda vez hacerse de la candidatura presidencial demócrata en 2016.
Nancy Pelosi puede ser la principal rival de la mayoría republicana en la Cámara baja y una de las demócratas más liberales, pero es también política, madre y abuela.
Sonia Gandhi, presidenta del Partido del Congreso en India, perdió a su suegra Indira y a su esposo Rajiv en atentados de enemigos políticos, pero ella mantiene la tradición política familiar, pese a la controversia causada por su origen italiano.
Y la premier danesa, Helle Thorning-Schmidt, está muy lejos de ser la “rubia de largas piernas” descrita por la prensa estadunidense en los inicios del incidente alrededor de su selfie con el presidente Barack Obama, durante los funerales de Nelson Mandela.
Y faltan mujeres como Cheryl Sandberg, presidenta del consejo de Facebook; Indra Noyi, presidenta de PepsiCo; o Margaret Chan, directora de la Organización Mundial de la Salud, entre otras.
Hay más licenciadas en UE
En la Unión Europea (UE) un mayor número de mujeres tiene estudios de licenciatura, comparado con el nivel de los hombres, reveló ayer una encuesta de la oficina de estadística comunitaria, Eurostat, con motivo del Día Internacional de la Mujer.
La consulta, correspondiente a 2012, mostró que 40 por ciento de las europeas entre 30 y 34 años de edad completó la educación superior, frente a 32 por ciento de los hombres.
La diferencia es mayor en los países del este europeo, donde destaca Estonia, ya que 50.4 por ciento de las mujeres son licenciadas frente a 28.1 por ciento de los hombres.
En contraste, en Austria las proporciones son similares de 26.6% para las mujeres y de 26% para los hombres, así como en Luxemburgo con 48.9% mujeres y 50.4% hombres, y Alemania las cifras son de 32.9 y 31%, de manera respectiva.
La encuesta también mostró que 80% de las mujeres licenciadas optó por una carrera en el sector de la educación y formación y 76% en el de salud y bienestar.
Por otra parte, sólo 26.6% eligió una carrera en el sector de ingeniería y 40.8% en ciencias y matemáticas.
Pese a la mayor proporción de mujeres que hombres con estudios superiores, ellas siguen representando la menor parte de la fuerza laboral en todos los países de la Unión Europea.