Según una investigación publicada en la revista médica británica The Lancet, un cuarto de los hombres rusos muere antes de cumplir los 55 años, y la mayor parte de los fallecimientos es consecuencia del consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
Las causas incluyen enfermedades en el hígado e intoxicación con alcohol, además de accidentes o peleas después de beber.
Este trabajo es considerado el más amplio de su tipo realizado en el país.
Los especialistas del Centro de Cáncer de Rusia, en Moscú, la Universidad de Oxford en Reino Unido y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, de la Organización Mundial de la Salud, analizaron los hábitos de bebida de 151.000 adultos en tres ciudades rusas durante diez años, periodo en el cual 8.000 de ellos murieron.
También se basaron en estudios previos en los que se preguntó a las familias de 49.000 personas que habían muerto sobre los hábitos de bebida de sus seres queridos.
"Las tasas de mortalidad en Rusia han fluctuado marcadamente durante los últimos 30 años debido a las restricciones al alcohol y la variación en la estabilidad social durante los gobiernos de los presidentes Gorbachov, Yeltsin y Putin, y el factor más importante de estas pronunciadas fluctuaciones en las muertes ha sido el vodka", explicó Richard Peto, coautor del estudio de la Universidad de Oxford.
Fluctuación política
El 1985, el entonces líder Mijaíl Gorbachov limitó drásticamente la producción de vodka y no permitió que se vendiera antes de la hora del almuerzo.
En esa época los investigadores aseguraban que, con estas restricciones, el consumo de alcohol cayó un 25%, al igual que la tasa de mortalidad. Entonces, cuando se derrumbó la Unión Soviética, los rusos empezaron a beber más y con ello las muertes también se dispararon.
"Cuando el presidente Boris Yeltsin asumió el poder, las muertes de hombres jóvenes aumentaron más de un 40%. La sociedad sufría un colapso y el vodka se volvió mucho más accesible", explicó Peto.
"Hubo un gran incremento de consumo de alcohol y los rusos estaban tomando de una forma destructiva. Se emborrachaban con bebidas espirituosas, comprando más y bebiendo más, lo que genera un gran riesgo de muerte".
Las tasas de consumo en las mujeres también fluctuaron según los eventos políticos, pero en este grupo el hábito de beber fue menor, con lo cual la tasa de mortalidad fue más baja.
Para agravar las cosas, la mayoría de los hombres bebedores también fumaban.
En 2006, en Rusia entraron en vigencia estrictos controles de alcohol, que incluyeron un aumento de los impuestos y la restricción de su venta.
Según los expertos, esta medida ha hecho que el consumo cayera un tercio y que la proporción de muertes de hombres antes de los 55 años disminuyera de un 37% a un 25%.
Tomar hasta emborracharse
Los bebedores que participaron en el estudio consumían al menos un litro y medio de vodka a la semana. No obstante, para los expertos, la forma en que los rusos toman alcohol es la clave del problema de la alta tasa de mortalidad.
"Ellos toman para emborracharse. Ése es el mayor problema. Es el patrón de consumo, no la cantidad per cápita lo que influye", afirmó el profesor David Zaridze, del Centro de Investigación de Cáncer de Rusia.
"Los rusos siempre han bebido mucho. Algunos dicen que ello se debe al clima frío, pero es sólo una excusa. Lo que necesita cambiar es el estilo de vida de la nación".
El especialista agregó que las restricciones y los impuestos deberían continuar, aunque "el mejoramiento del estatus socioeconómico de las personas ayudará, y la educación también es importante".