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lunes, 19 de agosto de 2013

SALUD!!! ¿Realmente la edad daña las encías?

Los vendedores de caballos del siglo XIX no eran particularmente confiables así que los compradores experimentados a menudo chequeaban la boca del animal.

La recesión gingival, como se le conoce formalmente, es más común entre los ancianos.


Un estudio hecho en Estados Unidos de casi 10.000 personas encontró que el 38% de quienes tenían entre 30 y 39 años de edad sufrían en algún grado esta condición, comparado con un 71% del grupo de 50 a 59 años y 90% entre los de 80 y 90 años. (1)

Sin embargo, eso no significa que envejecer sea la causa. Se trata de un largo proceso que puede empezar en la adolescencia y puede dispararse por factores diversos. (2)

Herencia e higiene

En algunos casos, no hay nada que la gente pueda hacer para reducir las posibilidades de desarrollar la condición.

Hay personas que heredan encías delgadas y frágiles que se retraen más fácilmente.

Otros tienen dientes que están apretados o salidos, lo que implica que no hay suficiente espacio en la mandíbula para cubrir la raíz del diente. (3)

La higiene dental también juega un papel importante. Sobre nuestros dientes se forma constantemente la placa, que es una película de bacterias.

Si uno no evita que se acumule cepillándose y usando el hilo dental, la placa puede causar enfermedad periodontal.

Si no se cura, una complicación posible es la destrucción del hueso que rodea al diente y el tejido de la encía en el que se asienta. A medida que el tejido se retracta, queda expuesta la raíz del diente, lo que hace que parezca más largo.

Cepillarse bien
Los dentistas subrayan la importancia de cepillarse.

Importa además la manera en la que nos cepillamos los dientes. Si uno lo hace con movimientos laterales con un cepillo duro, existe el problema de ir desgastando gradualmente la encía. (4)
Es por eso que los dentistas tienden a aconsejar que uno se cepille haciendo pequeños círculos con un cepillo suave o usar un cepillo eléctrico para evitar que presiones mucho.

El daño se acumula con el tiempo, haciendo que las encías se retracten imperceptiblemente, hasta que un día uno se mira al espejo y se da cuenta de que ha cambiado.

Como esta transformación puede tomar décadas, mucha gente asume que es parte del proceso natural de envejecer.

Examinando a los que saben

La investigación sobre la recesión gingival a menudo depende de preguntarle a la gente qué cepillo de dientes utiliza, los movimientos que hace y cuánta presión pone.

Hay quienes argumentan que debido a la falta de estudios controlados, no hay evidencia definitiva de que cepillarse con fuerza hace más que causar abrasiones temporales, pero muchos dentistas si consideran que existe un vínculo. (5 y 6)

La condición es más común entre los fumadores. (7)

"Así que en un grupo con más probabilidades de mantener un buen régimen de higiene dental, el paso del tiempo hizo que las encías progresivamente empeoraran pero no incrementó la cantidad afectada"
Con tantos factores diferentes involucrados, es difícil hacer estudios controlados.

Muchos son transversales, es decir que describen un momento. A los participantes les examinan los dientes y les piden que describan sus hábitos de limpieza.

Pero un estudio intrigante hecho en España no examinó al público en general sino a un grupo de gente que debía saberlo todo: odontólogos. (8)
Sus dientes y sus hábitos dentales fueron explorados en el año final de sus estudios profesionales y también diez años después.

Sorpresivamente, el 7,5% de los dentistas admitieron que sólo se cepillaban los dientes una vez al día.

Una década más tarde, la proporción de recesión gingival era la misma, pero entre aquellos con la condición, un promedio de 6,5 dientes estaban afectados, comparados con 5,1. Así que en un grupo con más probabilidades de mantener un buen régimen de higiene dental, el paso del tiempo hizo que las encías progresivamente empeoraran pero no incrementó la cantidad afectada.

No sólo por vanidad Vale la pena tomar en serio esta condición y no sólo por razones cosméticas.

La raíz de los dientes no está protegida con esmalte de la misma manera que la corona, de manera que cuando está expuesta es sensible y más propensa al deterioro.
Así que si quiere comprar un caballo, posiblemente sea bueno que le mire los dientes.

Pero envejecer no causa la retracción de las encías: sencillamente, el daño se acumula y se hace más obvio con el tiempo.