Las redes sociales son la nueva modalidad de comunicación entre los adolescentes, jóvenes y adultos del mundo, las cuales les permiten interactuar e informarse a la brevedad de un clic desde cualquier lugar. Sin embargo, muchas personas han utilizado esta tecnología para ventilar problemas emocionales, publicar crímenes o avisar sobre sus intenciones de terminar con su vida.
Los casos de suicidio y homicidio que se cuelgan en Facebook o WhatsApp, son tan espeluznantes que podrían robarle la calma a quienes hurgan sobre ellos, debido a la sangre fría y al descaro con que los autores comenten sus delitos.
Tanto en República Dominicana como en otros países estos sucesos son cada vez más frecuentes, al punto de que los protagonistas han visto esta vía como única escapatoria para salir de las dificultades a las que se enfrentan en la vida.
Tal es el caso de un hombre en Costa Rica, quien asesinó a su mujer y lo confesó a sus familiares mediante una foto que compartió, usando el sistema gratuito de mensajería WhatsApp de su celular.
El asesino, de apellido Macotelo, de 29 años, convivía hacía 18 meses con una joven de 27 años, identificada como Obando Zúñiga, en un poblado de Huacas, a unos 210 kilómetros al noroeste del país. Tras quitarle la vida, confesó que estaba arrepentido.
Según medios locales de esa nación, en la imagen se podía ver a la mujer acostada boca arriba en una cama, aunque sin signos de violencia. Los parientes fueron a la casa y confirmaron que estaba muerta. Luego recibieron un segundo mensaje de Macotelo, indicando en qué lugar podían encontrarlo para entregarse a la policía.
Otro caso similar es el ocurrido el 14 de agosto en Miami, donde Derek Medina, de 31 años, tras una acalorada discusión en su hogar, mató a tiros a su esposa Jennifer Alfonso y posteó la foto del cadáver.
En el Facebook de Medina había un mensaje publicado a las 11:11 de la mañana que decía: "Iré a la cárcel o a la pena de muerte por matar a mi esposa, los amo chicos, cuídense gente de Facebook, me verán en las noticias".
De igual forma, los hechos de suicidios suelen ser alarmantes, debido a la edad y a las supuestas causas que los provocaron. Uno de lo más tristes acontecido en La Romana, República Dominicana, fue el de la adolescente Kimberly Bastardo, de 15 años, quien envió un mensaje de texto a su padre y publicó en Facebook la determinación de acabar con su vida porque su novio había embarazado a otra chica. Se ahorcó en el patio de la vivienda el 14 de enero del presente año.
"Quizás esa no fue la mejor manera de resolver las cosas, pero entré en shock y no sabía qué hacer. Papi, te quiero, perdón por todo, pero Yojanny me destruyó la vida. Besos", fueron las últimas palabras que escribió.
También en su cuenta de Facebook, Kimberly Bastardo manifestó: "Quizás esa no es la mejor manera de salir de este mundo tan amargo que pasé con Yojanny. Pero tenía dos opciones: o cometía una locura de la cual me iba a arrepentir, o hiciera lo que hoy voy a hacer. Nada, mi gente de Facebook, se cuidan y cuando ustedes vean que una relación está mal, lo mejor es terminar rápido antes que esté larga y no sepas qué hacer. Bye, bye, los quiero a mi gente".
Kimberly mantenía un noviazgo con el joven Yojanny Manuel Martínez Concepción (Yohan). Inclusive, en su perfil de la red social, además de describirse como una persona "alegre" y que le gustaba compartir con sus amigas expresa: "Tengo un novio que lo amo con todo mi corazón, él se llama Yohan".
Siguiendo el mismo patrón del anterior caso, una joven dominico-americana se quitó la vida de un disparo en el pecho, el pasado 4 de mayo, luego de anunciar sus planes suicidas a través de su cuenta de Facebook, en un hecho ocurrido en el residencial Laura Patricia, de la urbanización El Edén, en Santiago.
Se trata de Samanta Mercedes Rodríguez, de 19 años, quien publicó: “Todo listo para mi viaje, hoy emprenderé un viaje y no creo que vuelva”. Extenderé mis alas y buscaré un horizonte para ser feliz, uno donde me tomen en cuenta”.
Rodríguez, también escribió un mensaje dirigido a su hija de dos años: “La primera obligación de nuestros hijos es hacerlo felices, espero hija haber cumplido ese mandato contigo”, agregó.
Asimismo, en México, Rosario N., una joven de 20 años, utilizó una cuerda para atarse al tubo de un clóset en el interior de su casa. Minutos antes, había enviado un mensaje a su novio a través de Facebook en el que le manifestaba: “No te preocupes, no es culpa tuya lo que voy a hacer”.
Se trata del segundo caso de un suicidio en el estado mexicano relacionado a la red social en lo que va de 2013.
Según el diario Expresso, el 21 de junio en Nogales, Omar Alexis, de 23 años, se disparó en la cabeza tras discutir con su esposa, no sin antes despedirse en Facebook: “Ya no puedo más amigos, me rindo, cuídense mucho sobre todo mi familia que la amo, perdónenme mamá y mi hijo”.
Alerta
Un comentario publicado por el lector Tiburcio Carias, de 45 años, tras leer una de estas fatídicas noticias decía: “Vivimos en una sociedad donde los humanos giramos alrededor de Facebook. Todo lo que pasa en nuestras vidas tiene que ir publicado en la maldita página esa. Ya no existe esa habilidad de hablar cara a cara con los demás, ni digamos de los tiempos donde se escribía con puño y letra una carta. Poco a poco el Facebook nos va consumiendo y aislando de la vida. ¡Pobres de las generaciones que vienen!
Sin embargo, profesionales de la salud mental aclaran que un suicida, en la mayoría de los casos, advierte sobre sus intenciones, al no soportar una fuerte depresión, angustia o tristeza. Por lo que se debe poner mayor atención a lo que escriben los usuarios de estas herramientas y no tomarlo a la ligera, o como una broma de mal gusto.