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jueves, 29 de agosto de 2013

Alcoholismo: que el alcohol no controle tu vida

La bebida alcohólica a veces es un arma de doble filo. Si bien para la mayoría de las personas, beber un trago es parte de momentos agradables y de placer, para otras puede convertirse en una enfermedad que interfiere en los quehaceres cotidianos y en las relaciones sociales. No dejes que el alcohol se apodere de tu vida y descubre cómo pedir ayuda a tiempo.


Hay personas que encuentran que beber un poco de más es entretenido, como si no hubiera diversión sin bebidas. Sin embargo, la fiesta puede terminar mal si se pierde el control de lo que se bebe y de cuánto se bebe, más aún cuando esto se repite de manera frecuente. Lo peor del caso es que a muchas personas dominadas por el alcohol les cuesta mucho admitir que tienen problemas de alcoholismo.  Piensan que tienen la situación bajo control cuando es todo lo contrario: sin darse cuenta se han vuelto dependientes de la bebida.

Más que un vicio, es una enfermedad.

El alcoholismo es una enfermedad y quien la padece, depende física y emocionalmente del alcohol.  Si deja de beber, empieza a sentir síntomas físicos de la abstinencia, como temblores o sudoración. La necesidad del alcohol es progresiva: cada vez necesita más cantidad y no puede dejar de beber. A menudo, lo hace a solas, a escondidas, sin importarle las consecuencias negativas en su vida laboral o familiar (como pérdida de empleo, accidentes por embriaguez y hasta episodios de violencia doméstica).

Es importante hacer una distinción entre el abuso del alcohol y el alcoholismo.  Hay quien puede beber en exceso, embriagarse y perjudicar su organismo sin ser necesariamente un alcohólico. ¿Por qué? Porque el alcoholismo no se define por la cantidad de alcohol que se consume, sino por la reacción del organismo ante el alcohol y cómo piensa y actúa la persona cuando bebe.

¿Quiénes tienen más riesgo de convertirse en alcohólicos?
Si bien los hombres tienden a sufrir más problemas de alcohol y alcoholismo, esta condición  puede darse en personas de cualquier sexo y edad, sin distinción social.  Por lo general tienen más probabilidades de tener problemas con la bebida:  (Sigue…)